En el primer post oficial de este verano que en España ya siempre quedará marcado en el subconsciente colectivo por el logro deportivo que ustedes ya conocen, guasíbilis les invita a salir de gira por el mundo. El estío siempre invita a salir de la cueva, de las ciudades de asfaltos derretidos y migrar a la playa, el monte o cualquiera de las parcelas de este planeta que todavía no conocemos. Con vacaciones o sin ellas, todos merecemos ese viaje (físico o no) que nos arranque de las rutinas del invierno. Para comenzarlo, he pensado que el mejor regalo sería un mapa donde ubicarnos. El instrumento más valioso para guiarnos en esta mastodóntica aventura.
He aquí la proyección de Gall-Peters del planeta Tierra:
Las diferentes proyecciones en mapa del planeta Tierra han sido (y son) motivo de arduos debates en la comunidad cartógrafa. Y no piensen que el debate es estéril. El mapamundi es la representación gráfica de la enorme bola de agua y tierra en la que vivimos. Y trazar en un trozo de papel rectangular las líneas que identifican a cada uno de los pedazos de tierra que todavía flotan sobre los océanos es una tarea subjetiva, con no pocas connotaciones ideológicas. Al fin y al cabo, la versión estandarizada del mapamundi se convierte en la idea que cada uno de nosotros tiene del planeta Tierra. Es decir, cuando uno piensa en el concepto de Tierra, se imagina los contornos de los mapas de su libro de Geografía de 2º de BUP o los que los periódicos eligen para ilustrar sus noticias internacionales.
El historiador alemán Arno Peters diseñó está proyección de la Tierra inspirándose en la que el sacerdote escocés James Gall había diseñado en el siglo XIX. Gall y Peters se basaron en los campos longitudinales para hacer una presentación según áreas iguales (y mejor no explico esto, que soy de letras). Lo que Peter quería defender era que las proyecciones utilizadas normalmente por gobiernos, organizaciones internacionales y en la educación no representaban el área real de los países. Peters ponía como ejemplo la representación de Groelandia en la vetusta y muy popularizada proyección de Mercator, que supera en tamaño a África, cuando el continente es catorce veces mayor que la mentada isla atlántica.
La proyección de Peters trata de ser "equirreal" y, de esa forma, acabar con las erróneas proporciones de Europa, por ejemplo, que por su condición de "viejo continente" siempre se ha situado en el centro del mundo y subida a una silla, para no parecer la más bajita de toda la clase. A falta de un consenso entre la comunidad cartográfica, dejaremos que cada uno vea el mundo con los ojos (o los anteojos) que desee. Hoy en guasíbilis, proponemos ésta versión, pero se aceptan sugerencias.
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