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Como su nombre deja entrever, Love era una banda de hippies cometripis de la costa Oeste que vivían en comunidad (en la que fuera la casa de Bela Lugosi). Love además era una banda multirracial que lideraba el no hace mucho fallecido (agosto de 2006) Arthur Lee, compositor y vocalista que ya había grabado con Jimi Hendrix antes de que éste debutara con la Experience y compartido música con Sly (el de la familia Stone) y The Doors, a los que por lo visto introdujo en la discográfica Elektra. El resto del quinteto que hizo posible este hito de la música popular americana de los 60 lo componían el guitarrista John Echols, el bajista Ken Forssi, Michael Stuart a la percusión y el también compositor, guitarrista y vocalista Bryan Maclean, que compuso el que probablemente sea el tema más radiado del album: el introductorio Alone Again Or.
Más adelante escuchamos las bellísimas Andmoreagain ("And you don't know hom much I love you") y Old Man, con la dulce voz de Lee planeando sobre sinuosos pianos, violines y trompetas. Cierra la cara A la inquietante The Red Telephone, con una letra maravillosa que bien merecería un post para ella sóla. Una guitarra acústica abre la cara B, pero sin mucho tardar, las ráfagas de trompetas se vuelven las protagonistas y marcan el tempo de la maravillosa Maybe the people would be the times or between Clark and Hilldale. Sin embargo, sólo unos minutos más tarde la guitarra eléctrica toma el protagonismo en la antimilitarista Live and Let Live. Cierra el repertorio la épica You Set the Scene, escuchen por favor la final traca de viento cuando tengan la oportunidad y gocen.
Adelantándose unos años al sino de su generación, Love se desintegró a golpe de heroína, que sacó de la banda a Maclean sólo un año después del Forever Change y seguramente contribuyó a la definitiva pérdida de papeles de Arthur Lee, que como pueden imaginar ya había abusado de otras sustancias más sesenteras como el LSD. Lee pasó seis años en la cárcel en los 90 (fue puesto en libertad en 2001) y la leucémia se cebó con él en sus últimos días.
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Abre el repertorio el single So you want to be a rock'n roll star, que a ritmo de trompetas voladoras y con gritos histéricos de fans sonando de fondo, ironiza sobre las nuevas generaciones de rock star wannabes (como los prefabricados Monkees): "vende tu alma a una compañía que espera vender plástico, y si en una semana o dos llegas a las listas de éxito, las chicas van a hacerte pedazos". La bonita melodía de Have you seen her face continúa el festival pop, pero la psicodelia y el country van a acaparar el protagonismo del resto del repertorio.
En la parte lisérgica destacan los paisajes guitarrísticos de Everybody's been burned y la introducción de atmósferas con reminiscencias indias en Mind Gardens, ambas compuesta por el guitarrista y vocalista David Crosby. El también guitarrista y vocalista Chris Hillman sería el responsable del giro country de parte del repertorio byrd, amén de convertirse más tarde en el padre del country rock junto a Gram Parson, que un año más tarde se uniría a la banda en calidad de teclista, para acabar con la guitarra colgada del hombro. En Younger than yesterday, los Byrds también versionarían a Dylan en la sugerente My Back Pages.
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MMT trató de revivir sin tanto éxito el espíritu circense y conceptual del Sgt. Pepper. Sin embargo, el repertorio incluía temazos como I am the Walrus (puro Lennon del 67) y Fool on the Hill (una baladapreciosa netamente McCartneytarra). Además, cuando se decidió establecer el doble EP como LP de la discografía oficial de la banda, se incluyeron las canciones Strawberry Fields Forever y Penny Lane, protagonistas del single más importante de 1967 y, probablemente, de toda la carrera de los de Liverpool. Curiosamente, el single (con Penny Lane en la cara A) sería el primero en no alcanzar el número uno de las listas de éxitos inglesas desde el mítico Love me do, primer sencillo de la banda publicado en 1962.
La muerte del manager y el acercamiento de la banda a las terapias de "meditación trascendental" del Maharishi Mahesh Yogi (viaje a la India incluído) iniciarían un largo y doloroso proceso de descomposición del grupo y sumirían a la banda en la última de sus etapas musicales. Con The Beatles, el album doble con portada blanca de 1968, firmaron un manifiesto anti Sgt. Pepper's. Charles Manson y su familia escribirían con sangre, en las paredes de la mansión de Roman Polanski, estractos de las letras de varias canciones incluídas en este album (Helter Skelter y Piggies, principalmente). Eso ocurría 1969, el hippismo había muerto.
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Para empezar, Sunday Morning relataba la resaca del último viaje de LSD de los 60, la única concesión del disco. A partir de ahí, el repertorio se volvía oscuro e incómodo. El sexo libre de los hippies se transformaba en placer bizarro de látigos e inspecciones rectales; las comunales drogas psicodélicas daban paso a los downers como la heroína (paradigma de droga ultraadictiva y, precisamente, anticomunal) y el idealismo se reducía a pensar que esta vez tu camello no te iba a hacer esperar durante horas en alguna esquina mugrienta de Harlem con 26 dólares en la mano.
Éste disco que cierra nuestra lista de grandes reservas de 1967 bien merecería un post para él solito, como cualquiera de los comentados anteriormente. Por eso no vamos a desgranar ni uno más de los muchos clásicos que reúne (Heroin, All tomorrow's parties, I am waiting for my man, There she goes again...). Si bien Warhol no era un productor musical al uso y, por tanto, sus aportaciones en este campo son más anecdóticas que otra cosa; su visión de artísta capital del siglo XX queda patente en esta imprescindible obra maestra, desde la mítica portada hasta la temática netamente underground (y nunca mejor dicho). Frikis, yonkis, un galés tocando la viola, una modelo alemana al micrófono y Lou Reed con 25 años... Una maravilla.
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