viernes, 6 de junio de 2008

Fakes, engaños, mentiras (y cintas de video)


Cuenta el cómico inglés Sacha Baron Cohen (en esta entrevista en el programa de David Letterman) que su trabajo es entrevistar a la gente más lista del mundo haciendo las preguntas más estúpidas. Habla de su experiencia como Ali G, un aspirante a gangsta-rapper que procede de Berkshire, corazón de la Inglaterra acomodada, se autodefine negro (de color de piel, se entiende), conjuga erróneamente el presente simple del verbo to be y ha tenido su propio show de entrevistas en el Reino Unido y EE UU. Sus entrevistados suelen ser personalidades mundiales de la cultura, la educación, la política, el deporte, altos estamentos religiosos... Entre otras muchas figuras, Ali G ha entrevistado a nuestro lingüista favorito Noam Chomsky, al ex secretario general de las Naciones Unidas Boutros-Ghali, al segundo hombre en pisar (presuntamente) la luna Edwin "Buzz" Aldrin (su primer pregunta fue qué se sentía pisando el sol y, después, si sentía envidia de Louis Armstrong por haber sido el primero en pisar el satélite), al político ultraconservador Pat Buchanan, al escritor Gore Vidal (al que Ali confundió con Vidal Sassoon)... Cómo consigue (o conseguía, mejor dicho) las entrevistas ha sido un secreto que Cohen nunca ha estado autorizado a revelar.

"La idea", cuenta Cohen sobre la entrevista con Buchanan, "es que en menos de un minuto (el entrevistado) se dé cuenta de que va a tratar con un capullo integral (...) Cuando ellos (los entrevistados) me ven entrar por la puerta, asumen directamente que estoy allí cargando con las cámaras o algo así. Me ven entrar al lado de un apuesto tipo inglés, que es el director, y asumen que va a ser quien les va a entrevistar. Cuando se dan cuenta que en realidad voy a ser yo, puedes ver como bajan las caras".

A Baron Cohen, sin embargo, no le bastaba con ponerse en ridículo y tal vez por eso inventó al ya conocidísimo periodista kazajo Borat, protagonista de una de las películas más salvajes de la última década, y al reportero gay austríaco Bruno; dos personajes con los que además ponía en serio peligro su integridad física. Como Borat, Baron Cohen ha cenado en asociaciones británicas de las buenas maneras levántandose a mitad de la comida para echar una cagada de cuarto de hora, ha departido con fervientes cazadores del zorro sobre la especial sensación que un hombre siente cuando mata a un animal indefenso, ha cenado en casa de cristianos ultras y ha invitado una puta a los postres, ha hablado sobre homosexualidad con rednecks que se felicitaban por las prácticas que en Kazajstán se llevan a cabo con los homosexuales (colgarlos del cuello), ha hecho guardar diez minutos de silencio en reuniones de votantes republicanos por una batalla entre su país y Uzbekistán que nunca tuvo lugar, ha intentado comprar un arma preguntando cuál sería la mejor opción para cazar judíos (la religión de Cohen la delata su apellido) y ha ganado un Globo de Oro a la mejor interpretación masculina de comedia o musical. Al final del discurso que el humorista (sin disfraz) hizo en la ceremonia de entrega de los premios dio las gracias a todos los americanos que todavía no le habían denunciado. Como Bruno ha asistido a festivales de música cristiana y a conciertos nazis. Y hasta ahí puedo leer.


Aprendan de los clásicos.

Aunque el propio Cohen lo niega, sus fakes (mentiras) son herramientas muy útiles para diseccionar la realidad mediática (especialmente la televisiva). El cómico británico nos recuerda que la televisión está llena de actores, ya se llamen Ali G, Risto Mejide, Matias Prats, José Luis Rodríguez Zapatero o Karlos Arguiñano. La diferencia es que unos se ponen disfraces más evidentes que otros. En ese sentido, Cohen, que se calza los disfraces más llamativos, es un genio. Conozco personas que habiendo visto sendas películas de Ali G y Borat no han llegado a relacionar al actor que interpreta ambos personajes.
Ellos tampoco eran hermanos.

El fake (o hoax) es un género de moda. En el cine, el género fake incluye las películas que toman la apariencia formal de un documental (voz en off, declaraciones de testigos de primera mano, recolección de evidencias en forma de artículos de prensa...) para hilvanar, en realidad, un relato ficticio. Se suele considerar que el fake hace hincapié en la impostura del propio género documental. Es decir, denuncia la falsa veracidad de los documentales (los lectores más fieles recordarán que ya hemos esbozado estas teorías). Basta con recordar la impagable Zelig, dirigida por el maestro Woody Allen: la historia de un camaleón (Leonard Zelig, que se vuelve su piel negra cuando se rodea de personas de descendencia africana, habla con acento pijo en reuniones de la alta sociedad, o aumenta de pesos en presencia de gente obesa) en una película camaleónica (una ficción revestida de documental sobre la vida de Leonard).

El fake es un género netamente metatextual, que nos enseña a leer los mensajes de los medios de comunicación, el cine... Zelig nos habla de la impostura del cine documental y Ali G de la impostura de la televisión. Y también pone en evidencia nuestra credulidad, en general, y nuestra educación mediática, en particular. Esto es, trata de señalar la verdad (no la verdad absoluta, sino otra realidad alternativa a la que se nos ha vendido) mediante la mentira. Y además, cuando está bien hecho, hace mucha gracia.

Seguramente les sonarán fakes míticos como el aviso de Orson Welles de que los extraterrestres estaban invadiendo la Tierra un 30 de octubre de 1938 desde los micrófonos de la CBS Radio, la película acerca de la falsa banda británica de rock'n roll Spinal Tap, las noticias falsas de Joey Skaggs... El fake, además, ha abierto nuevas puertas a la ficción televisiva con The Office, sitcom británica firmada por el fantástico tandem que forman Ricky Gervais y Steven Merchant.

He's the boss.

Además del eurovisivo Rodolfo Chikilikuatre, personaje sabiamente jubilado esta misma semana, últimamente hemos sido testigos de varios fakes españoles que merece la pena reseñar. El primero, La hoja de Albacete, blog escrito por un tal Manchego que hasta hace pocos días formaba parte de la línea más dura del portal bitacorero Red Liberal (relacionen liberal con la línea más dura de la derecha española y con el nuevo partido de Rosa Díez, UPyD). En este post, el autor (o autora, mejor dicho) revelaba que los dos años de existencia del blog habían sido una pura farsa. Ninguno de los responsables de Red Liberal había caído en que, como algún comentarista ya advertían, el tal Manchego y sus ripias fascistas no eran más que un engaño, un tongo, una joda. La idea me encanta y creo que ha salido razonablemente bien.

También sigo muy de cerca este blog: Somos arios de pura cepa, que no han de perder de vista. Un fake en toda regla de un blog de supremacistas arios o nazis (o nancis, como ellos mismos insisten) que no esconde su condición de broma. Si disfrutan viendo como una panda de chalaos hacen bromas a partir de fotos de jóvenes fascistas españoles, no se lo pierdan. Pero recuerden, es todo mentira.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Putos blogs de "regres" algún día, los verdaderamente nacidos en democracia cabalgaremos como jinetes, sesgaremos nuestras valquirias y jugaremos al juego de vivos y muertos. HH

lutxo dijo...

jejeje... quisiera creer que su comentario le sale de sus entrañas arias, señor anónimo. Pero me huelo el fake y asumo que está dejando un comentario metatextual.

Qué pena porque con lo de los verdaderamente nacidos en democracia, los jinetes las valquirias y el juego de vivos y muertos los nancis le nominarían poeta ario de la nueva generación... ¡bravo!

Un saludo "regretón"!

Anónimo dijo...

¿De dónde te sacas tú que la autora de la hoja de albacete es small blue thing? Cada vez que se lo han atribuido, ella lo ha negado.

¿Y si el autor fuera de la Red Progresista, qué? ¿Entonces la cosa pierde valor?

lutxo dijo...

querido anónimo (número 2):

he atribuído a small blue thing la autoría del blog La hoja de albacete por haber colocado el primer comentario en el post en que se descubre el pastel sólo cinco minutos después de la publicación del post y, también, por los comentarios consiguientes. Pero si ella no ha participado en la redacción del blog me retracto y pido perdón por la alusión.

Con respecto a sus dos últimas preguntas, creo que me ha malentendido. En ningún momento he dicho que el fake pierda valor por venir de una persona adscrita a red progresista (que ya hemos concluído que, de todas formas no ha sido así pues SBT no ha sido la autora), pero sí que personalmente me he sentí decepcionado cuando pensé que la persona que había tramado el fake pertenecía a un portal de similares características al que intentaba ridiculizar.

Un saludo y gracias por el comentario.

El Txarro de las Calaveras dijo...

Cultivando amigos Lutxo...
Nada, todavia no me he leído el blog ese de albacete, esta en mi recamara... lo que si le eche un vistazo a los nancis y me eche una risas de la hostia.
un abrazo

iosu dijo...

Me escandaliza esta falta de rigor. creo que deberían seguir poniendo en prensa aquel famoso anuncio de: "abstenerse estudiados en la UPV". Mi anonimato solo sale de mi entraña, paquirrin era txikitín, baila el aurresku con Chauchesku, y bailo a saltos como Losantos. Viva la democracia liberal!

lutxo dijo...

Viva!

pd. ya era hora de que salieras del anonimato, karnal!

Jean Dégât dijo...

El blog de la Hoja de Albacete es unas risas, yo lo vi cuando descubrieron el pastel y me costó pillarlo un poco. El de los arios de pura cepa es pa'mearse, pobres chavalillos, les haría falta encontrarse con una padilla de seguidores de Seale y Newton en un callejón oscuro. Que clasicazo Spinal tap, Christopher Guest es un genio en esto de los documentales-ficción (http://www.imdb.com/name/nm0001302/) a mi me flipa "Best in show"...

lutxo dijo...

Pues Best in the show no la conozcía, señor dégât (cómo me ha costado encontrar la ^).

Gracias por su comentario y vuelva cuando quiera!