Haber sido los Beatles tiene que lo mismo un día Otis Redding se levanta iluminado por las musas del soul y te pare una versión de Day Tripper que pone a la gris Liverpool a un paso del soleado estado de Georgia, como que al día siguiente a Miguel Rios le da por versionear Yesterday y el mismísimo infierno se estremece sediento de nuevas almas que echar a la caldereta eterna.
Paralelo al genuino "universo beatle" habita otro, bastardo e inabarcable, que explica por sí solo la naturaleza y repercusión de la beatlemanía, fenómeno sociocultural y mediático que se extiende desde los 60 hasta nuestros días. Si hubiera marcas en la cultura popular, The Beatles estaría a la misma altura que Coca Cola en el mercado de las bebidas con burbujas. En las cuatro décadas siguientes a la desaparición del grupo más famoso de todos los tiempos, la cultura popular ha rendido incontables homenajes a su legado artístico y anecdótico. Aparte de que las melodías más inspirada de Lennon, McCartney y Harrison (y las no tan inspiradas) hayan sido versioneadas hasta la saciedad por bandas de todo el planeta y de cualquier condición musical; la mitología Beatle se ha utilizado, de forma más o menos velada, en la televisión, el cine, teatro, cómic, publicidad...
La actualidad, por desgracia, nos obliga a abrir este campo referencial tan guasíbilis con un comentario del espantoso musical Across the universe, dirigida por una tal Julie Taymor (directora entre otras de Titus, Frida). De la película preferiría no hablar demasiado, aunque de todas formas no haya mucho que comentar. Mucho color, muchas versiones de clásicos de los Beatles plagadas de gorgoritos, guiños subculturales, flores, sonrisas, caras bonitas, clichés de la década de los sesenta comprados en el todo a cien de la esquina y prácticamente nada de nada de todo lo demás (sentido del ridículo incluido).
Al final, todo queda en un spot de dos horas sin guión, artificial hasta la náusea, que destila vergüenza ajena a raudales y reduce el legado de una generación a la foto de portada de un libro de historia de los 60. Todas las buenas intenciones que pudiera haber en la cinta acaban naufragando en una marejada de estupideces y azúcar. Y, de paso, la música de mis adorados Beatles queda bien masticada para ser digerida por los amantes de Take That, OT y los musicales gays más infames. Ser el grupo más popular de los 60 en el planeta Tierra es lo que tiene, un día los guionistas de los Simpsons se sacan de la manga a los Sol Fa Mi Das y al siguiente Taymor rueda una película sobre el día en que casi se comió un tripi.
Si tuviera que resumir lo visto en una frase, ésta sería: “Across the universe me hace perder la esperanza en la civilización accidental”. Y todavía me quedo corto.
2 comentarios:
Titus era una buena peli...esta ni quiero verla.
Lost ha sido una de mis series favoritas. No me perdía ni un capitulo. Incluso un año tenia Vuelos a Sydney, y decidí cambiarlo de fecha para no perderme el ultimo capitulo
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