domingo, 11 de enero de 2009

América fascista, en 10 fáciles pasos (1 de 2)

La periodista norteamericana Naomi Wolf publicó un interesantísimo artículo titulado 'Fascist America, in 10 easy steps' en el periódico británico The Guardian en abril de 2007. La autora repasaba una buena lista de hechos ocurridos en el transcurso del gobierno de la administracion del repúblicano George W Bush y comparaba sus políticas con otras aplicadas por estados autoritarios.

Con los días para el fin de su mandato contados, he querido recuperar ese artículo en versión resumida y (mal) traducido por guasíbilis. Esta es su primera parte.

Thailandia, septiembre de 2006

El pasado otoño hubo un golpe de estado militar en Thailandia. Los líderes golpistas siguieron sistemáticamente una serie de pasos como el que va tachando artículos de la lista de la compra. En cierto sentido, la lista estaba preparada. En el transcurso de los días, la democracia se había clausurado, los líderes golpistas habían declarado la ley marcial, mandado soldados armados a áreas residenciales, apoderado de estaciones de radio y televisión, declarado restricciones en la prensa, estrechado algunos límites en los viajes y custodiado a ciertos activistas.

No estaban improvisando sus acciones. Echando un vistazo a la historia, es posible ver que se necesita un anteproyecto para convertir una sociedad abierta en dictadura. Ese anteproyecto se ha usado una y otra vez, de forma más o menos sangrienta y aterradora. Pero siempre ha sido efectiva. Es muy difícil construir y mantener una democracia – pero la historia nos muestra que es mucho más fácil clausurarla. Usted simplemente ha de estar dispuesto a tomar 10 pasos.

Considerar esta afirmación (…) resulta fácil, si uno tiene la voluntad de observar que cada uno de estos 10 pasos han sido ya iniciados hoy en EE UU por la administración Bush.

(…)

Mi argumento es que, bajo nuestras mismísimas narices, George Bush y su administración están usando tácticas probadas a lo largo de los años para clausurar una sociedad abierta. Ha llegado la hora en que nosotros tengamos la voluntad para pensar en lo impensable – (…) que esto puede pasar aquí. Y que nosotros hemos llegado más lejos de lo que pensamos.

Paso número 1: invoca un enemigo aterrador, interno y externo

Los golpes del 11 de septiembre de 2001 dejaron a la nación en estado de shock. En menos de seis semanas, el 26 de octubre de 2001, la USA Patriot Act era promulgada por un Congreso que había tenido pocas oportunidades para debatirla; (…) Nos dijeron que los ciudadanos americanos estábamos “en pie de guerra”; en una “guerra global” contra un “califato global” que tenía la intención de “cargarse nuestra civilización”.

Ha habido otras épocas de crisis en las que EEUU aceptó límites en las libertades civiles, como durante la guerra civil, cuando Lincoln declaró la ley marcial, y en la segunda guerra mundial, cuando miles de ciudadanos japoneses-americanos fueron confinados. Esta situación, sin embargo, (…) no tiene precedentes: todas nuestras guerras tenían un punto final, de tal forma que el péndulo era capaz de girar de vuelta a la libertad; esta guerra es indefinida y no contempla barreras naturales en el espacio – el globo en sí mismo es el campo de batalla. (…)

Incendio del Reichstag (1933).

Crear una amenaza aterradora – desconocida, secreta, diabólica – es un viejo truco. Como la invocación de Hitler de una amenaza comunista para la seguridad nacional puede estar basado en eventos inmediatos, (…) el incendio del Reichstag de febrero de 1933 fue inmediatamente precedido por la promulgación de la Ley habilitante de 1933, que reemplazó la ley constitucional alemana por un estado de emergencia indefinido. O también puede estar basada en el mito, como la evocación Nacional Socialista de la “conspiración global judía”.

No es que el terrorismo Islámico internacional no sea un grave peligro; por supuesto que lo es. Opino que en America, el lenguage para transmitir la naturaleza de la amenaza es diferente al utilizado en España – que también ha sufrido la violencia de los ataques terrorista – . Los ciudadanos españoles saben que están afrontando una grave amenaza de su seguridad; que nosotros como ciudadanos americanos entendemos como una amenaza potencial del fin de la civilización tal y como la conocemos. Por supuesto, la utilización de este lenguaje nos hace más voluntariosos a aceptar restricciones de nuestra libertad.


Paso 2: crea un gulag


Una vez que tenga a todo el mundo asustado, el siguiente paso crear un sistema de prisiones fuera de las reglas de la ley (como Bush explicó, él quería que el centro de detención americano de la Bahía de Guantánamo se situara en “espacio exterior” legal) donde se practique la tortura.

Al principio, la gente que se manda allí son vistos como intrusos por los ciudadanos: agitadores, espías, “enemigos de la gente” o “criminales”. Inicialmente, los ciudadanos tienden a apoyar el sistema secreto de prisiones; les hace sentirse más seguros y no se identifican con los prisioneros. Pero no muy tarde, líderes de la sociedad civil – miembros de la oposición, activistas laboristas, clero y periodistas – son arrestados y también llevados allí.

Este proceso tuvo lugar en turnos fascistas o de medidas enérgicas contra la democracia, variando desde Italia y Alemania en los años 20 y 30 hasta los golpe de estado en América Latina de los años 70 en adelante. Es una práctica normal para clausurar una sociedad abierta o aplastar una rebelión prodemocrática.

Con sus celdas en Irak y Afganistán y por supuesto, Guantánamo en Cuba, donde se abusa de los detenidos y se les retiene indefinidamente sin juicio y sin acceso al debido proceso de ley, América sin lugar a dudas ya tiene su gulag. Bush y sus aliados en el Congreso recientemente anunciaron que no darían ninguna información sobre las prisiones “black site” ubicadas por todo el mundo, usadas para encerrar gente que ha sido capturada en la calle.

Los gulags en la historia tienden a diseminarse, llegando a ser incluso mayores y más secretos, incluso más mortales y formalizados. Sabemos a través de fuentes de primera mano, fotografías, videos y documentos gubernamentales que gente, culpable e inocente, ha sido torturada en las prisiones gestionadas por EE UU de las que tenemos conocimiento y de aquellas que no se hen podido investigas adecuadamente.


Cárcel de Abu Ghraib (Irak), fotos publicadas meses antes de la reelección de Bush en 2004.

Pero los americanos todavía asumen que este sistema y los abusos a detenidos sólo involucran a espeluznante gente marrón con los que generalmente no nos identificamos. Fue valiente por parte del entendido conservador William Safire citar al pastor anti nazi Martin Niemöller, que había sido capturado como prisionero político: “Primero vinieron a por los judios.” Muchos americanos todavía no entienden que la destrucción de las reglas dictadas por las leyes en Guantánamo sientan un peligroso precedente también para ellos.

Por cierto, el establecimiento de tribunales militares que niegan a los prisioneros el debido proceso tienden a llegar pronto en los turnos fascistas. Mussolini y Stalin establecieron tales tribunales. El 24 de abril de 1934, también los nazis establecieron los Tribunales Populares , que también se saltaron el sistema judicial: los prisioneros eran internados indefinidamente, amenudo completamente aislados, y torturados, sin haber sido siquiera acusados de ningún delito, y eran objeto de juicios públicos . Al fin, las Cortes Especiales llegaron a convertirse en un sistema paralelo que presionaba a los juzgados normales para abandonar la regla de la ley en favor de la ideología nazi a la hora de tomar decisiones.

Paso 3: desarrolla una casta de matones

Cuando los líderes que intentan construir los que llamo “turno fascista” quieren clausurar una sociedad abierta, manda grupos militares de espeluznantes jovenes para aterririzar a los ciudadanos. Los Camisas Negras recorrieron los campos italianos dando palizas a comunistas; los Camisas marrones perpetraron violentas giras a lo largo y ancho de Alemania. Esta fuerza paramilitar es especialmente importante en una democracia: se necesitan ciudadanos que teman la violencia de los matones, por lo que se necesitan matones que no puedan ser detenidos.

Los años que siguieron al 11 de septiembre han demostrado ser una época de bonanza para los contratistas de seguridad en América, con la administración Bush trasladando áreas de trabajo que tradicionalmente correspondían al ejército estadounidense. En este proceso, se han firmado contratos de miles de millones de dolares por mercenarios a nivel doméstico y fuera de las fronteras estadounidenses. En Irak, algunas de estos agentes contratistas han sido acusados de estar envueltos en casos de tortura a prisioneros, acoso a periodistas y disparos a civiles iraquíes. Bajo la Orden 17, establecida para regular a los promotores en Irak, por el que fuera una vez administrador de EE UU en Bagdad, Paul Bremer, estos promotores son inmunes a la detención.

Sí, pero eso es Irak, se podría argumentar; sin embargo, después del Huracán Katrina, el Departamento de Seguridad Interna contrató y desplegó cientos de guardias de seguridad privados y armados en Nueva Orleans. El periodista de investigación Jeremy Scahill entrevistó a un guarda no armado que aseguró haber disparado a civiles desarmados en la ciudad. Fue un desastre natural lo que rodea este episodio . Pero la interminable guerra del terror de la administracion significa potencial sin resolver para lo que en efecto son ejércitos privados contratados para asumir las responsabilidades de crisis y dirigir labores de emeregencian en ciudades norteamericanas.

¿Matones en América? Grupos de jóvenes republicanos enfadados, vestidos con camisas y pantalones idénticos, funcionarios electorales amenazados contando votos en Florida en 2000. Si usted lee historia, puede imaginar que puede haber necesidad de “órden público” en la siguiente cita electoral. Imagina que hay protestas, o una amenaza en la jornada electoral; la historia no imposibilitaría la presencia de una firma de seguridad privada en el colegio electoral para “reestablecer el órden público”.

Paso 4: instala una sistema de vigilancia interna

En la Italia de Mussolini, en la Alemania nazi, en Alemania del Este, en la China Comunista – en todas las sociedades autoritarias – la policía secreta espía a gente normal y alienta a los vecinos a espiar a sus vecins. La Stasi necesitó mantener sólamente una minoría de alemanes del Este bajo vigilancia para convencer a la mayoría de que ellos mismos estaban siendo observados.

En los años 2005 y 2006, cuando James Risen y Erich Lichtblau escribieron en el New York Times acerca de un programa secreto del estado para pinchar telefonos de ciudadanos, leer sus emails e investigar transacciones internacionales, se hizo claro a americanos ordinarios que ellos también podían estar bajo escrutinio.

En sociedades autoritarias, la vigilancia se presenta como si se tratara de “seguridad nacional”; la verdadera función es mantener a los ciudadanos dóciles e inhibir su activismo y disentimiento.

Paso 5: acosa a grupos de ciudadanos

La quinta cosa que se debe hacer tiene que ver con el paso número cuatro, usted puede infiltrarse y acosar a grupos de ciudadanos. Puede resultar trivial: una iglesia de Pasadena, cuyo párroco predicaba que Jesús era favorable a la paz, se vió investigada por el Internal Revenue Service, mientras que otras iglesias de voto predominantemente republicano, lo que resulta igualmente ilegal bajo las leyes fiscales estadonidenses, han sido dejadas en paz.

Otros acosos son más serios: el Sindicato Americano de Libertades Civiles declara que miles de ciudadanos americanos corrientes contrarios a la guerra, ecologistas y otros grupos han sido infiltrados por agentes: una base de datos secreta del Pentágono incluye más de cuatro docenas de reuniones pacíficas anti-guerra, giras o marchas por ciudadanos americanos en su categoría de 1500 “incidentes sospechosos”.

La igualmente secreta Counterintelligence Field Activity (Cifa), agencia de el departamento de defensa, ha estado recopilando información sobre organizaciones domésticas comprometidas con actividades políticas pacíficas: la Cifa supuestamente está encargada de seguir el rastro de “potenciales amenazas terroristas” mientras vigila corrientes ciudadanos americanos activistas. Una nueva ley apenas difundida ha redefinido activismos como protestas por los derechos de los animales como “terrorismo”. Así, la definición de “terrorismo” lentamente se expande incluyendo a la oposición.

Lee aquí la segunda parte.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ufa... no se como cree que afrontan los españoles el "terrorismo", pero, yo veo mas similitudes que diferencias...