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sábado, 13 de diciembre de 2008
miércoles, 8 de octubre de 2008
BCoNanism(o)
Viendo ese tostón bautizado ‘Vicky, Cristina, Barcelona’, mi mirada se dirigía sin querer hacia el extremo inferior de la pantalla. Estaba buscando números de teléfono de hoteles, horarios de restaurantes o cualquier tipo de información relacionada con la comida y vinos que los protagonistas consumían sin parar. Menos mal que por eso de las apariencias, uno todavía puede meter un narrador que te destripe los detalles de las localizaciones sin tener que caer en la publicidad más burda.Al que esto escribe, el bodrio mediterráneo firmado por el genial realizador neoyorquino Woody Allen se le antojó como un interminable publirreportaje de una España exótica que ninguno de nosotros conoce (ni nadie conocerá), destinado a un público objetivo bastante pedante y un poco imbécil.
Me pregunto, dicho sea de paso, cuántas americanas picarán el cebo y vendrán para Barcelona buscando a tipos de pelo en pecho, como Bardem, que les pasen su lengua latina por la pocha.
La película Allen del año 2008 no es más que una mísera pajilluela, comparada con los polvos de hora y media estilo recién salido de la trena con los que el director nos abofeteaba hace años. Pero para verdaderas pajas, las que Woody se ha tenido que hacer en los tiempos muertos del rodaje.
El único incentivo real para ver la película (para hombres heterosexuales y lesbianas) es el trío de bellísimas actrices que van desfilando por la pantalla (bueno, al resto puede que les atraiga Bardem y su sempiterna barba estilo Miguel Bosé). A estas alturas, para el director de 'Delitos y Faltas', el cine parece ser lo de menos. Ahora, lo más importante es el largo número de actrices buenorras con las que todavía no ha trabajado y a las que puede pedir (¡ordenar!) que enseñen un par de centímetros más de pierna.
Es una desgracia que, sin embargo, mucha gente de aquí (hablo de crítica especializada, no sólo bloggers necios como yo) la haya puesto tan bien. En muchos casos, claramente, por tratarse de “la película española de Woody Allen”. Pues bien, todavía no puedo presumir de haberme tragado toda la filmografía del director de 'Zelig', pero de las muchas pelis suyas que he visto, esta es sin duda la peor. Y el hecho de que la acción transcurra en Barcelona, Oviedo y Avilés (tres ciudades que conozco -soy 10% asturiano-) no hace si no empeorar esta pobre historia, tan "sexy" como vacía. Todo me resulta una caricatura, empezando por la ciudad de Barcelona y el mismo concepto de "película de Woody Allen" (un género en toda regla). Y poco me importan las actuaciones de Bardem o Cruz (o de Scarlett, a quien amo en secreto), cuando el conjunto tiene tan pocos argumentos en los que sostenerse.
Si todavía pueden evitar verla, no se animen. En estos tiempos de crisis, hay millones de cosas mejores en las que invertir seis euros.
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sábado, 20 de septiembre de 2008
Septiembre por Demian
Septiembre es como una caricia. Las hojas de los árboles comienzan a desprenderse y caen con suavidad. La luz del atardecer sobre los edificios de Madrid deja entrever el carácter de la ciudad después de un cegador verano. La vida parece transcurrir en blanco y negro. La Gran Vía se inunda de nuevo con la riada humana que traen las primeras lluvias. El trabajo se amontona en las carpetas de los escritorios de los oficinistas. El tráfico recupera su desacompasado ritmo. Todos volvemos, en septiembre siempre vuelves a algún lugar, con alguna persona, a algún momento o a algún trabajo. Adiós a las chanclas.
Tras semanas sin ver la televisión me puse a ver un telediario. El horror, la muerte, la destrucción. Me sentí como Nostradamus tras ingerir aquello que fuera que ingiriese. A pesar de haber visto todo eso antes algo dentro de mí se conmovió. Luego me puse a ver Family Guy y se me pasó. Falsa alarma, todavía puedo alienarme con facilidad. Ahora, que las playas, los guiris y la salmonelosis dejan de copar las primeras planas en los medios de comunicación, toca volver. Las conversaciones siguen siendo las mismas, los bocadillos de calamares también siguen siendo los mismos.
Madrid recupera sus camellos, sus monos y sus pájaros. Los ejecutivos de la Castellana todavía no saltan de sus rascacielos, pero con la crisis todos triunfamos seguro. "La crisis" son las palabras de moda. Se respira en el ambiente, como la peste negra en la edad media. Ha llegado como si fuera una verdadera plaga bíblica, con un inexorable golpe sobre nuestras vidas. Espero sinceramente que el Apocalipsis llegue con más estilo porque esto es un castigo divino muy poco vistoso, va por los jefes de todo esto. Que haya crisis es tan absurdo como que no la haya. Yo creo que en el fondo, todos reímos ante la crisis. Como cuando te das cuenta de que algo malo era solo una broma. Sin embargo, aquí terminas por no reírte, porque resulta que no es una broma.
Al llegar al puesto de trabajo, el que lo tiene, nota uno la correa un poco más corta. Siempre hay cinco minutos menos de descanso, cuatro perras menos y mucha más gilipollez. Es lo malo de volver, que siempre alguien aprovecha tu ausencia en su beneficio. Aunque a veces casi ni se nota.
No es fácil. Sueño, ducharse, café, sueño, metro, sueño, aburrimiento, café, cigarrillo, marrón, marrón, metro, cenar, algo más y ducharse. Claro que no es para todos así, pero así es. Las pupilas se dilatan al son que dicta el despertador. La luz, el solsticio, la luna y un nuevo destino se abren ante nosotros con cada septiembre.
Tras semanas sin ver la televisión me puse a ver un telediario. El horror, la muerte, la destrucción. Me sentí como Nostradamus tras ingerir aquello que fuera que ingiriese. A pesar de haber visto todo eso antes algo dentro de mí se conmovió. Luego me puse a ver Family Guy y se me pasó. Falsa alarma, todavía puedo alienarme con facilidad. Ahora, que las playas, los guiris y la salmonelosis dejan de copar las primeras planas en los medios de comunicación, toca volver. Las conversaciones siguen siendo las mismas, los bocadillos de calamares también siguen siendo los mismos.
Madrid recupera sus camellos, sus monos y sus pájaros. Los ejecutivos de la Castellana todavía no saltan de sus rascacielos, pero con la crisis todos triunfamos seguro. "La crisis" son las palabras de moda. Se respira en el ambiente, como la peste negra en la edad media. Ha llegado como si fuera una verdadera plaga bíblica, con un inexorable golpe sobre nuestras vidas. Espero sinceramente que el Apocalipsis llegue con más estilo porque esto es un castigo divino muy poco vistoso, va por los jefes de todo esto. Que haya crisis es tan absurdo como que no la haya. Yo creo que en el fondo, todos reímos ante la crisis. Como cuando te das cuenta de que algo malo era solo una broma. Sin embargo, aquí terminas por no reírte, porque resulta que no es una broma.
Al llegar al puesto de trabajo, el que lo tiene, nota uno la correa un poco más corta. Siempre hay cinco minutos menos de descanso, cuatro perras menos y mucha más gilipollez. Es lo malo de volver, que siempre alguien aprovecha tu ausencia en su beneficio. Aunque a veces casi ni se nota.No es fácil. Sueño, ducharse, café, sueño, metro, sueño, aburrimiento, café, cigarrillo, marrón, marrón, metro, cenar, algo más y ducharse. Claro que no es para todos así, pero así es. Las pupilas se dilatan al son que dicta el despertador. La luz, el solsticio, la luna y un nuevo destino se abren ante nosotros con cada septiembre.
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miércoles, 3 de septiembre de 2008
Guasíbilis te pide tu opinión (y 10 o 15 minutos de tu tiempo)
El pasado domingo, 25 personas recibieron en su email una invitación de este blog para opinar acerca de música vasca. Hoy guasíbilis hace extensible esa invitación a todos los lectores que lo deseen. Para que todos los participantes asuman las mismas bases, el autor se ha tomado la libertad de extraer los puntos más importantes del email que algunos de vosotros ya habéis recibido:
"guasíbilis, el blog que sólo leemos su autor y yo, busca vuestra colaboración. para estos nuevos tiempos que llegan en septiembre, quería elaborar una lista con los diez o veinte mejor discos vascos de todos los tiempos".
"lo único que teneis que hacer es hacer una lista con vuestros 5 o 10 discos vascos preferidos (que cada uno entienda lo que quiera por eso). Siempre serían mejor 10 discos que 5, pero mejor 5 que nada..."
"Las listas enviadas se transformarán en votos (tipo eurovisión) y lo que salga se acabará poniendo en el blog..."
"Enviad las listas antes de una semana (lunes 8 de septiembre), porfa."
"Se sorteará un jamón entre todos los participantes."
"un beso a todos y todas, y gracias por adelantado."
Mientras se escriben estas líneas, seis personas ya han mandado sus votaciones a la redacción guasíbilis. Cualquiera de vosotros, queridos lectores, podéis hacer lo mismo (como ven, hoy me permito tutearles) adjuntando vuestra lista a los comentarios de este post o mandando un correo electrónico a esta dirección: lutxo2073(arroba)hotmail.com
Como los que estén leyendo esto han recibido la noticia con un poco de retraso (mea culpa), el plazo de entrega de votaciones se incrementará hasta las últimas horas del próximo miércoles, 10 de septiembre.
Esperamos vuestra colaboración (no se olviden del jamón).
lutxo
pd. cualquier publicidad dada a esta iniciativa será bien recibida.
(actualización 4/9/08, a las 5 de la tarde: a partir de este momento incluyo en los comentarios las listas mandadas al email... NO VALE COPIARSE!!)
miércoles, 30 de julio de 2008
A través del espejo por Demian
Mientras sus dedos teclean la nueva temporada de Nacido en Democracia, nuestro querido colaborador Demian inaugura La vieja tesela, algo más que un entretenimiento veraniego.
El verano de 2008 nos está dejando helados. Los turistas franceses y alemanes llegan a las costas de la Península Ibérica con el chip muy cambiado. Puesto que las playas y el sol siguen siendo gratis, ahora les vemos comprando sus viandas en los supermercados y escrutando las etiquetas de los precios con ojo avizor. Esas rubias cabelleras con sus blancas pieles que en los años 60 llegaban para destapar la virginidad de nuestro Mediterráneo, ya no se toman la paella sin mirar la cuenta después. Algo ha cambiado en el ritmo de nuestros millones y millones de visitantes.
El paro ha subido este verano en España. Ha sido la misma sensación que echarle un hielo a un vaso lleno hasta el borde. Aquí yace un cadáver todavía caliente. Nadie se atreve ya a prometer que la economía se recuperará pronto. Parece que tendremos que esperar una resurrección que la mayoría de gurús del capitalismo europeo sitúan en 2010 como pronto.
A los españoles no les gusta el cambio. Se alteran mucho con la inestabilidad, prefieren la calma y la estabilidad como medio de vida. De esta forma, el gobierno de Zapatero ha ido día a día asimilando la situación. Sin ningún tipo de aspaviento el ejecutivo español ha diluido dos meses de nuestra vida en el debate de si empleaba la palabra crisis o no para referirse a nuestra actual situación económica.
El Partido Socialista afirma que no desactivará las políticas sociales como, según ellos, pretende el Partido Popular. El debate es tan pobre que ni eso hemos escuchado del principal partido de la oposición. La derecha exige medidas, pero ni siquiera se molesta en explicar cuáles son las suyas porque ya da por hecho que todo el mundo las conoce. No se pueden desactivar políticas sociales en España porque son tan mínimas que el retroceso sería escandaloso, y su repercusión sobre la actual crisis inexistente.
La parte más silenciosa, la de los números que aumentan las listas de desempleo ya comienza a hacer ruido en las cabezas de muchas personas. Son muchas las incógnitas sobre las reacciones, pero no parece que vaya a haber ninguna. La patología de lo que acontece hace imposible cualquier tipo de reacción.
El Estado español ha basado el crecimiento del último lustro en el sector de la construcción ¿Y ahora qué? El mañana ha llegado y la burbuja con la que tanto pan se comió ayer ha traído el hambre de hoy. La buena noticia es que todavía quedará alguna playa con un centímetro no asfaltado en nuestras costas. Además, parte del escandaloso sistema de corrupción financiera e inmobiliaria que ha arrasado los ayuntamientos de norte a sur podría remitir. El dinero fácil que todo lo ha comprado en esta época se va esfumando, y sólo quedan pozos de hipotecas y deudas con intereses que suben de forma constante.
Con los sindicatos subvencionados convertidos en una suerte de protectores últimos del liberalismo más exacerbado, resulta una incógnita saber a donde dirigirá su mirada la clase obrera. De momento, este mes se ha lanzado el Iphone de Mac, que desde luego se ha vendido como rosquillas. Esta crisis es un buen espejo en el que cada sociedad y cada individuo pueden mirarse para ver qué posición ocupan en el tablero.
El verano de 2008 nos está dejando helados. Los turistas franceses y alemanes llegan a las costas de la Península Ibérica con el chip muy cambiado. Puesto que las playas y el sol siguen siendo gratis, ahora les vemos comprando sus viandas en los supermercados y escrutando las etiquetas de los precios con ojo avizor. Esas rubias cabelleras con sus blancas pieles que en los años 60 llegaban para destapar la virginidad de nuestro Mediterráneo, ya no se toman la paella sin mirar la cuenta después. Algo ha cambiado en el ritmo de nuestros millones y millones de visitantes.
El paro ha subido este verano en España. Ha sido la misma sensación que echarle un hielo a un vaso lleno hasta el borde. Aquí yace un cadáver todavía caliente. Nadie se atreve ya a prometer que la economía se recuperará pronto. Parece que tendremos que esperar una resurrección que la mayoría de gurús del capitalismo europeo sitúan en 2010 como pronto.
A los españoles no les gusta el cambio. Se alteran mucho con la inestabilidad, prefieren la calma y la estabilidad como medio de vida. De esta forma, el gobierno de Zapatero ha ido día a día asimilando la situación. Sin ningún tipo de aspaviento el ejecutivo español ha diluido dos meses de nuestra vida en el debate de si empleaba la palabra crisis o no para referirse a nuestra actual situación económica.
El Partido Socialista afirma que no desactivará las políticas sociales como, según ellos, pretende el Partido Popular. El debate es tan pobre que ni eso hemos escuchado del principal partido de la oposición. La derecha exige medidas, pero ni siquiera se molesta en explicar cuáles son las suyas porque ya da por hecho que todo el mundo las conoce. No se pueden desactivar políticas sociales en España porque son tan mínimas que el retroceso sería escandaloso, y su repercusión sobre la actual crisis inexistente.
La parte más silenciosa, la de los números que aumentan las listas de desempleo ya comienza a hacer ruido en las cabezas de muchas personas. Son muchas las incógnitas sobre las reacciones, pero no parece que vaya a haber ninguna. La patología de lo que acontece hace imposible cualquier tipo de reacción.
El Estado español ha basado el crecimiento del último lustro en el sector de la construcción ¿Y ahora qué? El mañana ha llegado y la burbuja con la que tanto pan se comió ayer ha traído el hambre de hoy. La buena noticia es que todavía quedará alguna playa con un centímetro no asfaltado en nuestras costas. Además, parte del escandaloso sistema de corrupción financiera e inmobiliaria que ha arrasado los ayuntamientos de norte a sur podría remitir. El dinero fácil que todo lo ha comprado en esta época se va esfumando, y sólo quedan pozos de hipotecas y deudas con intereses que suben de forma constante.
Con los sindicatos subvencionados convertidos en una suerte de protectores últimos del liberalismo más exacerbado, resulta una incógnita saber a donde dirigirá su mirada la clase obrera. De momento, este mes se ha lanzado el Iphone de Mac, que desde luego se ha vendido como rosquillas. Esta crisis es un buen espejo en el que cada sociedad y cada individuo pueden mirarse para ver qué posición ocupan en el tablero.
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miércoles, 9 de julio de 2008
Guasíbilis presenta: otra encarnizada batalla entre realidad y ficción
Estadística ficcional:
Extraído de "Cómo convertirse en un hijo de puta"; Mauro Entrialgo, Ata, Santi Orue; 2004, Astiberri
Dato real:
Imagine que es usted un varón y que está embarcado en un horrible viaje de autobús, de punta a punta de la península. Usted ha salido, por ejemplo, de Sevilla y se dirige a Cantabria. En las nueve primeras horas de viaje el autobús se ha detenido en cientos de pueblos remotos, sitos a orillas de sinuosas carreteras comarcales castellanas, haciendo el viaje un poquito más lento y desesperante.
Imagine que viaja de punta a punta de la peninsula y que según el autobús se acerca a Burgos, donde efectuará la primera parada técnica desde Toledo, su mayor deseo es abonar las primeras facilidades higiénicas que encuentre.
Imagine que el conductor anuncia una parada técnica de veinte minutos en la estación de autobuses de Burgos y que, según usted se pone de pie, nota como un enorme muñeco de barro se hace paso entre los dos mofletes que comienzan allá donde acaba la espalda.
Pues bien, sepa que en los baños para caballeros de la estación de Burgos hay que pagar el módico, pero molesto precio de 0,20 € (puestos a imaginar, piense que usted no tiene cambio).
Pues bien, si yo fuera usted tampoco me molestaría en cambiar. Cuando un hombre paga por un servicio tan básico como la evacuación fisiológica en una estación de autobuses donde se hacen paradas técnicas (parada técnica = pis, café y porro) puede esperar grandes cosas: un enano vestido de botones que ofrece una colección de revistas para leer cagando, papel higiénico con el tacto de la seda, el perro de Cologar amenizándote la cagada con su nuevo show de ladridos, una taza con asiento de piel de leopardo, el aroma de Channel namber faif embriagando la estancia una vez se tira de la cadena... Pero seguro no espera esto otro...
Como quiero conservarles como lectores, me ahorraré la descripción del hedor que desprendía el wc fotografiado (estación de Burgos, viernes 4 de Julio de 2008). Pero me gustaría hacer hincapié en que la foto, tomada con la cámara de mi teléfono móvil, no hace justicia de las condiciones de este sanitario. Su situación era significativamente peor.
Personalmente, que ni viajaba de Sevilla a Cantabria, ni me estaba cagando, ni pagué por ver este vomitivo espectáculo (alguien dejó la puerta entreabierta), no me hubiera sentado en esa taza ni... incluir exageración graciosa...
Preguntas ineludibles:
¿Por qué la compañía de viajes en autobús más importante del Estado (Alsa, te odio) programa paradas técnicas en estaciones de autobús con situaciones higiénicas tan lamentables? ¿Verdaderamente la estación de autobuses de Burgos ha sido remodelada en los últimos años? ¿Por qué sigue dado tanta pena, entonces? ¿Por qué no destruyeron ese monumento a "los casos de depresión aguda con riesgo de suicidio" y construyeron un monumento a las víctimas del terrorismo en su lugar? ¿Qué nuevo rico está dispuesto a pagar la frivolidad de 4 € por un bocata de tortilla de patata congelada y pan de chicle en la cafetería de la estación? ¿Está el baño de señoras en las mismas condiciones? ¿Quién limpia los jodidos baños de caballeros de la estación de Burgos? Pero más importante: ¿quién se lucra con los 0,20 € que los desesperados pagan para luego no poder cagar?
Consejo guasíbilis:
Un servidor, que ha parado "técnicamente" en la estación de Burgos millones de veces en su vida (ya son 26 años sin coche), sabe de buena tinta que el baño de la cafetería de la estación es mucho más decente que las letrinas oficiales. Es más, si ustedes tienen tiempo, salgan de la estación, crucen la carretera y elijan el primer bar que divisen. Ganaran en salud. Y si, de todas formas, les entran ganas de cortarse las venas, recuerden que hay muchos culpables que deberían morir antes que usted. Por favor, encuéntrelos y háganos ese favor.
Extraído de "Cómo convertirse en un hijo de puta"; Mauro Entrialgo, Ata, Santi Orue; 2004, AstiberriDato real:
Imagine que es usted un varón y que está embarcado en un horrible viaje de autobús, de punta a punta de la península. Usted ha salido, por ejemplo, de Sevilla y se dirige a Cantabria. En las nueve primeras horas de viaje el autobús se ha detenido en cientos de pueblos remotos, sitos a orillas de sinuosas carreteras comarcales castellanas, haciendo el viaje un poquito más lento y desesperante.
Imagine que viaja de punta a punta de la peninsula y que según el autobús se acerca a Burgos, donde efectuará la primera parada técnica desde Toledo, su mayor deseo es abonar las primeras facilidades higiénicas que encuentre.
Imagine que el conductor anuncia una parada técnica de veinte minutos en la estación de autobuses de Burgos y que, según usted se pone de pie, nota como un enorme muñeco de barro se hace paso entre los dos mofletes que comienzan allá donde acaba la espalda.
Pues bien, sepa que en los baños para caballeros de la estación de Burgos hay que pagar el módico, pero molesto precio de 0,20 € (puestos a imaginar, piense que usted no tiene cambio).
Como quiero conservarles como lectores, me ahorraré la descripción del hedor que desprendía el wc fotografiado (estación de Burgos, viernes 4 de Julio de 2008). Pero me gustaría hacer hincapié en que la foto, tomada con la cámara de mi teléfono móvil, no hace justicia de las condiciones de este sanitario. Su situación era significativamente peor.
Personalmente, que ni viajaba de Sevilla a Cantabria, ni me estaba cagando, ni pagué por ver este vomitivo espectáculo (alguien dejó la puerta entreabierta), no me hubiera sentado en esa taza ni... incluir exageración graciosa...
Preguntas ineludibles:
¿Por qué la compañía de viajes en autobús más importante del Estado (Alsa, te odio) programa paradas técnicas en estaciones de autobús con situaciones higiénicas tan lamentables? ¿Verdaderamente la estación de autobuses de Burgos ha sido remodelada en los últimos años? ¿Por qué sigue dado tanta pena, entonces? ¿Por qué no destruyeron ese monumento a "los casos de depresión aguda con riesgo de suicidio" y construyeron un monumento a las víctimas del terrorismo en su lugar? ¿Qué nuevo rico está dispuesto a pagar la frivolidad de 4 € por un bocata de tortilla de patata congelada y pan de chicle en la cafetería de la estación? ¿Está el baño de señoras en las mismas condiciones? ¿Quién limpia los jodidos baños de caballeros de la estación de Burgos? Pero más importante: ¿quién se lucra con los 0,20 € que los desesperados pagan para luego no poder cagar?
Consejo guasíbilis:
Un servidor, que ha parado "técnicamente" en la estación de Burgos millones de veces en su vida (ya son 26 años sin coche), sabe de buena tinta que el baño de la cafetería de la estación es mucho más decente que las letrinas oficiales. Es más, si ustedes tienen tiempo, salgan de la estación, crucen la carretera y elijan el primer bar que divisen. Ganaran en salud. Y si, de todas formas, les entran ganas de cortarse las venas, recuerden que hay muchos culpables que deberían morir antes que usted. Por favor, encuéntrelos y háganos ese favor.
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jueves, 10 de abril de 2008
Los transformers también desayunan
Precisamente ayer, que hablaba por aquí de Los Simpsons, me hicieron un bonito regalo springfieldiano. Esa tacita (3 cm. de alto) con la imagen de Krusty a la derecha de la foto (sí, ya sé que sale desenfocada, mi móvil no tiene objetivo de distancias cortas) viene desde Brujas, Bélgica; y a partir de hoy, mi transformer tomará su café en ella todas las mañanas.
jueves, 27 de marzo de 2008
Vacaciones en el Norte
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