
Jason Reitman inicia su última película cuando Juno termina de beberse su peso en Sunny Delight y hace su tercera prueba de embarazo positiva. Sin embargo, Juno (la película) no va sobre adolescentes embarazadas. Más bien sobre una adolescente muy especial que se queda embarazada de su mejor amigo, Paul Bleeker, el día que ambos pierden su virginidad, y lo que ocurre después entre ellos dos, claro está.
Pero sobre todo, Juno es su protagonista: la propia Juno, interpretada por Ellen Page, cuya presencia en pantalla sólo se me ocurre describir como arrebatadora. La joven canadiense levanta un personaje que por sí sólo podría resultar demasiado “resabidillo”. Pone tanta fuerza y pasión, que al final de la película uno acaba irremediablemente enamorado de ella. Tan enamorado como el pasmado semental de Bleeker, interpretado por el superbad Michael Cera, que sabe aprovechar cada segundo que sale en pantalla.
Cuando la protagonista se entera de que va a tener un niño decide abortar, pero no puede; así que decide dar al bebé en adopción a una pareja de clase alta (un ex generación X tan pesado como el resto de sus coetáneos y la típica pija salida de un capítulo de Sexo en Nueva York). La historia, sin embargo, es otra y no tiene moraleja. Juno no es una peli sobre embarazos indeseados, ni la última esperanza blanca del cine indie nominada a cuatro oscars de la academia (bueno, igual eso sí). Sólo es una pequeña historia de dos adolescentes atolondrados y enamorados, como la bonita canción pop que cierra la película.
2 comentarios:
Adoro a Ellen Page desde Hard Candy, pero creo que voy a odiar la pelicula.
Creo que le va a pasar a muchos, pero sólo por la Page merece un visionado.
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