sábado, 13 de septiembre de 2008

Otoño en blanco y negro

Foto de Eugene Smith, fotoperiodista.

En la ciudad, han bajado las temperaturas y he sentido como el peso del otoño se posa sobre mis hombros de adolescente atrapado en un cuerpo adulto. Pronto empezarán a dejarse ver los amarillos y volveré a recordar que antes solía ser más fácil.

Llegada la mañana hay una dura elección que tomar: música en blanco y negro o en technicolor. Hoy el cuerpo me pide lo primero.

Nostalgia, creo que se llama.

Billie Holiday tuvo una vida más perra que la mía y seguramente se quejó mucho menos que yo. Claro que ella tenía esa voz, que abarcaba toda la gama de sentimientos tristes conocidos. Y esa voz puede hacer a una persona afortunada, o más desgraciada todavía. Poder transmitir tanto dolor que emocione y te paguen por ello. Transmitit tanto dolor que uno sea incapaz de escapar de él.

Vender su cuerpo en los burdeles de Harlem, o vender su voz en los mismos burdeles. Comprarte una mansión a las afueras de la ciudad y disfrutar de los placeres de la fama tranquila o predicar con el ejemplo y beberte la vida de un trago. Soliviantar la pena congénita con inyecciones de medicina amarga. Morir al lado de un charco de bilis.

Joder, Billie. Malditas las mañanas que empiezan contigo. Me pongo triste y todavía no he fumado ni un porro. Será el otoño o esos gritos y susurros que pegas. Será el jodido blues y que esta mañana me he tenido que poner un jersey para bajar a comprar el periódico.

5 comentarios:

Mycroft dijo...

Después de un verano inmovil, de pereza, auyocomplacencia, paisaje quieto, una cierta paz que no es ninguna victoria pero al menos fue algo, me llega el despertar.
Septiembre y octubre me hacen daño.

El Txarro de las Calaveras dijo...

Ese ánimo arriba muchachos, para mi el otoño es la estación sensorial por excelencia, la estación que cierra ciclos y abre otros nuevos..

Anónimo dijo...

Si señor Perrolutxo, esas palabras me han gustado mucho. Soy un fan del Otoño y de septiembre, y me imagino que como en otras muchas cosas, en esto, también somos hermanos.

lutxo dijo...

"hace mucho que nadie me llamaba perrolutxo", como dirían en alguna peli.

un abrazo hermano anónimo (o no tan anónimo si eres mi hermano)

Anónimo dijo...

¡¡Eh que ostias pasa con el concurso del jamón!

Yo quiero mí jamooon!!!!

¡¡eeii mamagueboo!!