sábado, 20 de septiembre de 2008

Septiembre por Demian

Septiembre es como una caricia. Las hojas de los árboles comienzan a desprenderse y caen con suavidad. La luz del atardecer sobre los edificios de Madrid deja entrever el carácter de la ciudad después de un cegador verano. La vida parece transcurrir en blanco y negro. La Gran Vía se inunda de nuevo con la riada humana que traen las primeras lluvias. El trabajo se amontona en las carpetas de los escritorios de los oficinistas. El tráfico recupera su desacompasado ritmo. Todos volvemos, en septiembre siempre vuelves a algún lugar, con alguna persona, a algún momento o a algún trabajo. Adiós a las chanclas.

Tras semanas sin ver la televisión me puse a ver un telediario. El horror, la muerte, la destrucción. Me sentí como Nostradamus tras ingerir aquello que fuera que ingiriese. A pesar de haber visto todo eso antes algo dentro de mí se conmovió. Luego me puse a ver Family Guy y se me pasó. Falsa alarma, todavía puedo alienarme con facilidad. Ahora, que las playas, los guiris y la salmonelosis dejan de copar las primeras planas en los medios de comunicación, toca volver. Las conversaciones siguen siendo las mismas, los bocadillos de calamares también siguen siendo los mismos.

Madrid recupera sus camellos, sus monos y sus pájaros. Los ejecutivos de la Castellana todavía no saltan de sus rascacielos, pero con la crisis todos triunfamos seguro. "La crisis" son las palabras de moda. Se respira en el ambiente, como la peste negra en la edad media. Ha llegado como si fuera una verdadera plaga bíblica, con un inexorable golpe sobre nuestras vidas. Espero sinceramente que el Apocalipsis llegue con más estilo porque esto es un castigo divino muy poco vistoso, va por los jefes de todo esto. Que haya crisis es tan absurdo como que no la haya. Yo creo que en el fondo, todos reímos ante la crisis. Como cuando te das cuenta de que algo malo era solo una broma. Sin embargo, aquí terminas por no reírte, porque resulta que no es una broma.

Al llegar al puesto de trabajo, el que lo tiene, nota uno la correa un poco más corta. Siempre hay cinco minutos menos de descanso, cuatro perras menos y mucha más gilipollez. Es lo malo de volver, que siempre alguien aprovecha tu ausencia en su beneficio. Aunque a veces casi ni se nota.

No es fácil. Sueño, ducharse, café, sueño, metro, sueño, aburrimiento, café, cigarrillo, marrón, marrón, metro, cenar, algo más y ducharse. Claro que no es para todos así, pero así es. Las pupilas se dilatan al son que dicta el despertador. La luz, el solsticio, la luna y un nuevo destino se abren ante nosotros con cada septiembre.



5 comentarios:

Anónimo dijo...

El mes de septiembre crea diferentes sensaciones en mi. Me acuerdo de septiembres muy animados, aquellos en los que volvía al instituto, la universidad... aquellos en los que deseabas compartir con tus amigos todos los goces y aventuras veraniegas. Pero ya todo eso pasó. Por desgracia, ahora el mes de septiembre es mucho más gris tirando a negro. ¿Nos estaremos haciendo mayores?

El Txarro de las Calaveras dijo...

"...pero hoy voy a sentarme en esta silla de mimbre, a ver la vida pasar, hasta que suene el timbre en septiembre y hoy como siempre y mañana ojalá, para seguir bebiendo el sudor de tu pecho, ahaaá..."

Anónimo dijo...

solo agregaria que septiembre entre su belleza y sus males también nos trae unos kilos de más. Unos en el cuerpo, al comer más con la depresión por no haber estrenado aquel vestido de verano o no poder tener más excusas para comprar un bikini nuevo... Pero también hay kilillos de más en el alma, por todos aquellos buenos momentos del verano que nos llenaron el corazón...

lutxo dijo...

Yo estoy con Peio en lo de septiembre de vuelta a la universidad. "Ya empiezan otra vez los nueve meses de vacaciones", me decía yo.

Entonces septiembre molaba!

Anónimo dijo...

Aaaah, Septiembre: ese maravilloso momento en que somos capaces de tocar con la punta de los paŕpados y de los dedos, la frontera entre la falsa libertad de las vacaciones y la autoimpuesta responsabilidad de hacer lo que hay que hacer.
Existen momentos, grietas diría yo, en los que temes perder el sol y enfrentarte a las nubes.

No se acobarden amig#s. Si para alguien es duro septiembre es porque sigue la corriente.

Disfruten de la fruta antes de que se les pudra muyayos...ejjejejejej